Vivimos más, pero peor. La esperanza de vida de los españoles ha crecido 2,3 años en la última década hasta 2016, último año disponible para el que se han hecho estimaciones. Asà lo recoge el Ministerio de Sanidad en un nuevo informe en el que cifra en 83,4 años la esperanza de vida al nacer en 2016 (80,4 para los hombres y 86,2 para las mujeres).
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Sin embargo, más no significa mejor. En paralelo al crecimiento de la esperanza de vida al nacer se ha producido una reducción de la esperanza de vida en buena salud a los 65 años, esto es, libre de discapacidad o limitaciones. Según el informe, la previsión de años saludables a los 65 años fue en 2016 de 10,1 años, 1,3 años menos que la estimada hace una década.
Esta reducción de la esperanza de vida saludable a los 65 años se ha producido tanto para los hombres, que a los 65 esperan vivir 10,7 años con buena salud (0,8 años menos que hace una década), como para las mujeres, cuya esperanza de vida saludable a los 65 años se situó en 2016 en 9,6 años (1,5 años menos para las mujeres). Los datos, según reconoce el propio informe, hay que tomarlos en cualquier caso con cierta precaución, en tanto se han producido en los últimos años dientes de sierra en las estadÃstica lo que dificulta una interpretación certera y el trazo de una tendencia clara.
Comoquiera que sea, los datos del nuevo informe revelan también cómo se están acortando las diferencias entre la tradicional mayor esperanza de vida de las mujeres y la de los hombres. Si en 2002 esta diferencia a favor de las mujeres alcanzaba los 6,9 años ahora ha bajado ya a los 5,8. Una cuestión en la que el consumo de tabaco parece algo que ver.
Junto al informe de esperanzas de vida, Sanidad ha publicado un estudio sobre la mortalidad y causas de muerte hasta 2016. El estudio cifra en 102.015 las muertes relacionadas con el tabaco en 2016 (alrededor de un cuarto de las totales) y en 22.187 las muertes directamente atribuibles al tabaco, al ser cánceres de pulmón que en más de un 90 por ciento se producen por tabaquismo.
Muertes atribuibles al tabacoLo más relevante es el cambio de tendencia que se observa en este caso entre la mortalidad atribuible al tabaco entre las mujeres. En sólo una década prácticamente se ha duplicado el número de mujeres fallecidas por causas directamente atribuibles al tabaco, hasta las 4.563 contabilizadas en 2016.
Si lo que se observa es la tasa de mortalidad ajustada a edad atribuible al tabaco ésta ha crecido un 68,9 por ciento en los últimos quince años entre las mujeres, mientras que ha sufrido un descenso en paralelo del 21,5% entre los hombres.
Sigue habiendo mucha más mortalidad por tabaco entre los hombres (en 2016 murieron 17.624 hombres por causas atribuibles al tabaco frente a 4.563 mujeres), pero la tardÃa incorporación de la mujer al tabaquismo empieza a notarse en las cifras y a hacer mella entre el colectivo femenino.Si en 2001 la tasa de mortalidad ajustada a edad atribuible al tabaco entre los hombres era 10 veces mayor que entre las mujeres, quince años después esta diferencia se ha reducido y es ya sólo de 4,2 veces superior en hombres que entre el colectivo femenino.
El informe sobre mortalidad ha coincidido en el tiempo también con la publicación del Barómetro Sanitario 2018, la encuesta anual que recoge la opinión de los ciudadanos sobre el sistema sanitario y que, tal y como adelantó diariomedico.com ha mostrado en esta ocasión una ligera caÃda en la nota global que los usuarios ponen a la sanidad, un 6,57 sobre 10, frente al 6,68 del año anterior.
En 2016 fallecieron más de 22.000 personas por causas atribuibles al tabaco y algo más de 100.000 por causas relacionadas en él
El Barómetro Sanitario ha incluido en esta ocasión sin embargo, algunas preguntas novedosas, especialmente en materia de tabaquismo. Entre ellas ,se ha preguntado a la población si cree que deberÃa ampliarse la lista de lugares en los que está prohibido fumar, en lÃnea con una de las reivindicaciones más habituales de las sociedades cientÃficas y el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo.
También le puede interesar Cuidado: el tabaco ‘muta’El resultado ha sido un apoyo del 41,3 por ciento de la población a ampliar espacios sin humo (un 46,2 por ciento está en contra y el resto no se pronuncia). Aunque no llega a la mayorÃa, el apoyo a la ampliación de los espacios sin humo es una cifra notable si se tiene en cuenta que tras la ley de 2010 que prohibió fumar en bares y restaurantes de forma definitiva habÃa ya un 37 por ciento de población en contra de esa prohibición.
Respecto a los lugares en los que podrÃa ampliarse la prohibición de fumar, de entre quienes sà ampliarÃan espacios sin humo, hay apoyo masivo a prohibir fumar en los coches, especialmente si en ellos van menores.
Concretamente, el 72,9% de quienes ampliarÃan espacios sin humo está a favor de prohibir fumar en los coches particulares si viajan niños y el 64,6% si viaja cualquier otra persona. También hay apoyo generalizado (61,4%) a prohibirlo en estadios de fútbol y otros centros deportivos al aire libre, mientras que no parece haber apoyo social, ni siquiera entre quienes ampliarÃan los espacios sin humo, a prohibir fumar en terrazas (sólo 2% lo harÃa) o playas, parques, piscinas y bosques (sólo un 3,2% lo apoya).
Finalmente, el Barómetro Sanitario ha preguntado también en esta ocasión sobre los cigarrillos electrónicos, que conoce el 86% de la población, y sobre el tabaco sin combustión, del que sólo ha oÃdo hablar el 18,9% de los españoles. Entre quienes conocen estos productos sólo un 56,7% ve riesgo para la salud en el e-cigarrillo y un 63,2% en el tabaco sin combustión. El 62,2% de los que habÃan oÃdo hablar de estos productos estarÃa a favor de regular su consumo en lugares públicos como el tabaco tradicional.
Diferencias autonómicas de 16 años en vida saludableEl informe publicado por el Ministerio de Sanidad sobre esperanzas de vida en 2016, último año para el que se han estimado, revela también importantes desigualdades entre autonomÃas, de hasta 1,4 años. AsÃ, si para el conjunto de españa la esperanza de vida al nacer se situó en 83,4 años, ésta alcanzó los 84,2 años para la autonomÃa con mejores expectativas, Madrid, y tan sólo los 82,2 años para el caso de AndalucÃa.
Estas desigualdades autonómicas son mucho más acusadas si lo que se observa es la esperanza de vida saludable al nacer, en lugar de sólo las previsiones de años de vida.
Ésta se situó para el conjunto de España en 2016 en 63,2 años, encabezada por Cantabria (71,6 años de vida saludable), seguida de La Rioja (70,3) y Baleares (68,6) y a muchÃsima distancia de las comunidades que se sitúan a la cola: Murcia (55,6), Asturias (56,2) y Castilla-La Mancha (60,3).
AsÃ, las diferencias autonómicas en esperanza de vida saludable al nacer son mucho más pronunciadas que las desigualdades en esperanza de vida.
Alcanzaron concretamente en 2016 los 16 años de diferencia en la esperanza de vida saludable entre la autonomÃa con mayor esperanza saludable al nacer, Cantabria, y la de menor, Murcia.
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